Había una vez, una placita de toros pequeña pero muy linda donde se realizaban espectáculos de vaquillas para todos los públicos, está placita se encontraba en el Camping Torre La Sal’2, junto a una hermosa playa salvaje.
El sábado de Semana Santa del año 2012, Bravito, un torito muy simpático y cariñoso participó en este espectáculo, la plaza se llenó de gente, y para hacer más gracioso el evento, también participó una gallina un poco chiflada llamada Artemia que hizo de torera, jajajajajaja… Bravito se quedó prendado del sonido de las risas sinceras de los niños, se quedó tan atontado, que ni siquiera veía a la gallina Artemia a su alrededor intentando torearle de todas las maneras, cada vez las risas de los niños eran más intensas, y Bravito cada vez estaba más empanado, inmóvil en medio de la plaza.
Tomaset, el ganadero, muy enfadado se lo llevo a rastras a los toriles, donde estaban esperando su turno el resto de vaquillas y toritos y allí le pregunto que le pasaba, pero Bravito seguía sonriente e inmóvil sin poder mugir.
El espectáculo continuo, por fin Artemia pudo torear y todos los espectadores, incluidos los niños se lo pasaron genial, la última vaquilla y…turuturuuuu, se dio por finalizado el espectáculo.
Mientras tanto, Bravito seguía atontado escuchando el murmullo y las risas de los niños. De momento se hizo el silencio, y se escuchóel ruido del motor del camión que le había traído a él y al resto a esa placita, a ese lugar tan maravilloso, …ya se marchaban, a Bravito le entro el pánico, la tristeza, NO no se quería ir, empezó a llorar desconsoladamente….
Tomaset no entendía su comportamiento, pensaba que había cogido una gripe rara,…
Solamente faltaba Bravito para subir al camión, entonces…dejo de llorar, se armó de valor y con todas sus fuerzas se agarró con sus pezuñas al suelo arenoso de la plaza, se quería quedar con los niños en El Camping Torre La Sal ‘2, y así se lo dijo a Tomaset cuando atónito le volvió a preguntar que le pasaba.
Tomaset le dijo que eso no podía ser, que tenían que regresar a la ganadería, pero Bravito no se movió, era imposible.
Tomaset al ver que se estaba retrasando su salida del Camping, le conto a Fernando, el dueño del Camping y de la Placita, todo lo sucedido, a Fernando le enterneció mucho la historia y le propuso a Tomaset que Bravito se quedará a vivir en el Camping.
Bravito paso el mejor año de su vida, no se podía ser más feliz, los niños le adoraban, él se reunía con ellos cada día del verano, por las mañanas los buscaba en las piscinas y en la playa, por la tarde en el parque infantil, en los hinchables y también en la ciudad deportiva y alguna noche, no todas porque a veces estaba muy cansado, en la Disco del Camping, a las fiestas infantiles organizadas por las monitoras nunca faltaba, y claro también saludaba, además de a los niños, a Tomaset y al resto de vaquillas y toritos cada vez que se realizaba espectáculo en la placita de Toros.
Casualmente, cuando iba a cumplirse el primer año de vida de Bravito en el camping, también en Semana Santa, Tomaset trajo a Mansita, una vaquita mansa, muy coqueta y risueña, al espectáculo de vaquillas, en cuanto Bravito y Mansita se vieron, se encantaron, a Bravito le enamoro su sonrisa y sus ojos alegresy a Mansita le encandilo observar como a los niños les gustaba Bravito.
Mientras duraba el espectáculo Bravito estuvo con Mansita en los toriles, charlaban y sobre todo se reían, fue fabuloso, se entendían perfectamente.
El espectáculo termino y Mansita desapareció, Bravito se quedó un poquito triste, aunque en cuanto veía un niño se le pasaba, pero cuando volvía al corral a descansar, a comer,… entonces pensaba en Mansita; Oooh! que pestañas tan bonitas! Le animaba pensar que seguramente en julio volvería a verla…
Una tarde de principios de Junio, cuando no habían niños en el camping, todos estaban en el colegio, Fernando vio a Bravito en la playa, estaba sentado frente al mar y con la mirada perdida, se sentó a su lado y cuando Bravito reaccionó Fernando le pregunto cómo estaba, Bravito le confeso sus sentimientos y a Fernando de nuevo le volvió a enternecer, además le estaba tan agradecido a Bravito, hacia tan felices a los niños del Camping.
Esa misma tarde Fernando llamo a Tomaset, le contó lo sucedido, Tomasetentendió, por fin, el por qué Mansita desde aquella tarde de vaquillas estaba tan distinta.
Fernando le pidió que trajera a Mansita con Bravito, un torito que merecía ser feliz completamente por su amor incondicional a los niños.
Y así fue, y el 29 de Junio del pasado año 2013 Bravito presento a su compañera a todos los niños.
Y hasta el día de hoy son el torito y la vaquita más felices del mundo.
Y colorín colorado este cuento todavía no ha terminado.